En posts anteriores ya hemos destacado algunos de los errores habituales en la entrevista de trabajo pero vamos a conocer algunos más:
Ser prepotente: uno de los comportamientos que más suele molestar a los entrevistadores es la prepotencia que muestran algunos de los candidatos. Frases del tipo «ya os devolveré la llamada», «ya veré si me interesa», etc… generan una imagen sumamente negativa de cara al entrevistador.
Es cierto que puede que una vacante que, en inicio nos interesaba, finalmente no termine de encajarnos pero ello no implica que no debamos tratar esta temática con elegancia en vez de cerrarnos puertas por un comportamiento no debido.
¿Esto va a durar mucho?: unido al punto anterior está el hecho de realizar preguntas que resultan indebidas y que, aunque puedan realizarse de manera inocente, pueden generar unas ideas negativas en el entrevistador.
Preguntar si se va a tardar mucho en empezar, si la entrevista va a ser muy larga, etc… hacen que el entrevistador se plantee desde un primer momento nuestro interés real hacia el puesto de manera que debemos andar con cuidado.
Establecer exigencias demasiado pronto: otro aspecto a destacar es el hecho de intentar establecer nuestras exigencias demasiado pronto. Esta claro que, en caso de resultar seleccionados, deberemos establecer nuestras condiciones pero debemos esperar al momento oportuno y ser realistas con respecto a lo que pedimos.
Levantarse en medio de una entrevista para atender una llamada: por mucho que el entrevistador nos indique que no hay problema en atender a la llamada lo cierto es que debemos ser sumamente cuidadosos con este hecho.
Prestar atención a otra llamada frente a la entrevista en la cual nos hayamos inmersos puede denotar también falta de interés y el entrevistador no dudará en caso de anotar esos comportamientos dentro de sus aspectos «no positivos».