Comenzamos el nuevo año afrontando nuevos consejos para la búsqueda profesional y, como ya hemos comentado en anteriores ocasiones, una de las claves es la entrevista de trabajo y lo que ella conlleva. Pero, ¿cómo podemos salir victoriosos de una entrevista personal?
Es cierto que durante la entrevista no solamente quedan a la vista nuestras capacidades profesionales sino que, además, nuestras actitudes y comportamientos también formarán parte de la ecuación. De esta manera, por mucho que el entrevistador trate de ser lo más objetivo posible, nuestro comportamiento también formará parte del resultado de la entrevista y, por ende, influirá en que consigamos o no el puesto.
Precisamente para tratar de poner todo a nuestro favor os traemos una serie de consejos que pretenden ayudaros a causar buena impresión durante la entrevista de trabajo:
- Cuida tu imagen: Debemos acudir vestidos de manera correcta a una entrevista lo cual implica no utilizar vestimenta demasiado informal.
- Controla la hora de tu llegada: tan importante es no llegar tarde como tampoco hacerlo demasiado pronto ya que podríamos interrumpir las labores del entrevistador. Lo correcto es llegar unos 5 – 10 minutos antes para poder rellenar la documentación que sea necesaria.
- Lleva la documentación necesaria: es importante llevar el currículum y toda aquella documentación que queramos hacer llegar al entrevistador. No hacerlo puede ser síntoma de dejadez y poco interés hacia el puesto de trabajo.
- Haz todas las preguntas que consideres: es importante no dejar nada en el tintero aunque, evidentemente, debemos tener cuidado con las preguntas que planteamos y con el modo de plantearlas.
- Ojo con la actitud: es importante mostrar confianza en uno mismo pero sin llegar a la soberbia dado que eso puede repercutirnos de manera negativa durante el proceso selectivo.
- Manten el contacto visual: evitar el contacto visual puede indicar nerviosismo y hacer que el entrevistador dude de nuestras intenciones.
- Cuidado con el lenguaje corporal: en muchas ocasiones el lenguaje corporal es el que nos juega peores pasadas y es que, sin quererlo, nuestro cuerpo puede mostrar desinteres y otra serie de cuestiones que no pasen desapercibidas de cara al entrevistador. Lo mejor es mantener una postura abierta que invite a la negociación y muestre interés hacia el puesto de empleo.