Cuando nos encontramos ante la elección de nuestra carrera llega una cuestión importante y primordial a nuestra vida: ¿Qué queremos ser?
Esta claro que no es lo mismo llegar a querer ser veterinario que político y, por tanto, las decisiones que tomemos para llegar a ese punto serán las que nos acerquen o alejen del camino.
Pero esta claro que, a pesar de nuestras preferencias, muchas veces tenemos que sentar la cabeza y pensar con un poco de claridad antes de elegir nuestro futuro. Sobretodo actualmente que nos encontramos en un momento económico en el cual no todas las profesiones tienen la misma tasa de paro ni de empleo.
Ello no significa que debamos optar siempre con una carrera con buenas salidas, en detrimento de nuestras preferencias. Elegir una carrera que no nos guste tampoco es una elección adecuada ya que nos supondrá un mayor esfuerzo aprobarla y nos condicionamos a pasar toda la vida ejerciendo un puesto de trabajo que no nos agrada.
Precisamente por ello es importante mezclar mente y corazón. Realizar un análisis de todas aquellas alternativas que nos parecen más interesantes y, a la vez, estudiar las opciones que pueden ofrecernos cada una de ellas de manera que, finalmente, podamos valorar todas las opciones.
Por otro lado, también es importante considerar que no siempre la mejor alternativa para formarnos es realizar una carrera. Muchas veces existen otros tipos de formación que pueden aportarnos todos los conocimientos y práctica necesarias para ejercer nuestro trabajo de manera efectiva. Por eso otra cosa que debemos tener en cuenta es que tipo de estudios son los más adecuados para conseguir aquello que queremos.
En conclusión, es importante que realicemos nuestro análisis previo y que consideremos diversos factores. Dejarnos llevar por tan sólo una cuestión no es útil debido a que no podemos ver de manera global nuestro futuro.