Cualquier empresa necesita que todo su personal tenga las competencias adecuadas para que la calidad de sus servicios o productos no se vea afectada. Dichas competencias se pueden adquirir gracias a la experiencia y también a una formación, por ejemplo realizando talleres como el taller de manejo de estrés, que puede facilitar directamente la empresa. El propósito es conocer si una persona es capaz de hacer o no lo que se espera de ella.

Competencias laborales

Para conseguir un correcto desarrollo de competencias laborales, es fundamental que se establezca primeramente quién va a hacer qué. La competencia no tiene que exigirse solamente a las personas que se encuentran involucradas directamente en la realización de una tarea. Existen otros puestos en los que las personas también tienen que demostrar que son competentes. Por ejemplo: en el proceso de planificación, en las relaciones con clientes o en las compras. De hecho, especialmente en las empresas pequeñas, casi todos los empleados influyen de alguna manera en la prestación de los servicios o en la calidad de sus productos.

Una competencia, en definitiva, es la combinación de formación, habilidades, experiencia y educación. No es necesario que una persona cuenta con las cuatro cualidades, sino solamente de las que sean necesarias para desempeñar una tarea concreta. Por eso, cuando es asignado un trabajo a una persona, tienen que considerarse cuáles son las capacidades que se van a necesitar para su desarrollo. Si existe algún vacío, es necesario rellenarlo a través de la formación o contratando mayor personal, ya sea de forma fija o temporal.

Estrés laboral

Si las competencias no están bien definidas es muy probable que los trabajadores lleguen a sufrir estrés laboral. No en vano, la gestión errónea a la hora de realizar las tareas es uno de los motivos más frecuentes por los que una persona pueda sufrir este trastorno. También lo son la inseguridad laboral, un clima negativo en el puesto de trabajo, malas relaciones con los compañeros, dificulta para conciliar la vida personal y laboral, etc.

El estrés laboral está considerado en la actualidad como uno de los problemas principales para la salud en cualquier empresa. Es un síndrome que aparece acompañado con una enorme variedad de síntomas psicológicos, físicos y sociales. Por desgracia, puede llegar a desembocar en patologías mucho más graves como trastornos endocrinos o cardiovasculares y depresión entre otros.

Por ende, aproximadamente un 50% del absentismo laboral es provocado por estrés. Un 16% de las enfermedades cardiovasculares padecidas por los hombres y un 22% por las mujeres, se encuentran relacionadas con esta patología, responsable a su vez de más de 20.000 millones de euros anuales en la Unión Europea.

Como se puede observar es un problema que está a la orden del día y que va aumentando con el paso del tiempo. Aunque todavía no se le concede la importancia que exige, lo cierto es que cada día son más los empresarios que se van concienciando con este trastorno. Por ello, llegan incluso a ofrecer a sus trabajadores la posibilidad de acudir a cursos de formación con el objetivo de aprender a gestionar el estrés laboral.