Las emociones están presentes en nuestra vida desde el mismo momento en que llegamos al mundo. Nos acompañan todo el tiempo, y juegan un papel fundamental a la hora de relacionarnos con el mundo. Por eso es tan importante trabajar empatía en los niños.

De hecho, las emociones intervienen en cada uno de los procesos evolutivos, como el desarrollo de la comunicación, el procesamiento de la información, el apego, el desarrollo moral, etc. Además, también influyen a la hora de tomar decisiones, por lo que deberíamos preguntarnos si le damos la suficiente importancia a la educación emocional.

Cómo trabajar empatía niños

Quizás pensamos que las emociones nos vienen dadas y no hay que aprender a trabajarlas. Es decir, reímos cuando nos sentimos felices y lloramos cuando estamos tristes, pero la realidad es que las emociones no son tan simples como parece.

La familia sirve como modelo y, por lo tanto, tiene un papel fundamental en el desarrollo emocional de un niño. Estas interacciones, además, influyen en la maduración de las zonas del cerebro encargadas de la regulación emocional y la conciencia. De hecho, el afecto que un niño establece con su padre y su madre es la base para sus posteriores relaciones sociales, sus rasgos de su personalidad y su rendimiento escolar.

Las emociones están presentes en cualquier momento y lugar. Por ello, la educación actual no debe olvidar que también es necesario educar las emociones en el colegio, un lugar donde los niños van desde muy temprana edad y donde pasan gran parte de su tiempo.

No obstante, aunque trabajar empatía niños en el colegio es vital, el trabajo en casa es lo más importante. Sin embargo, antes de poder educar en emociones a nuestros hijos, debemos ser conscientes de nuestras propias emociones y saber gestionarlas.

Los padres emocionalmente inteligentes saben relacionarse de forma positiva siguiendo un estilo de crianza democrático. Este se caracteriza por una educación con normas y límites cuyo objetivo es guiar el comportamiento del niño, pero también su afecto y cuidados.

De este modo, los padres capaces de regular sus propias emociones y de responder de forma adecuada a las de sus hijos, tienden a conseguir unos altos niveles de inteligencia emocional en los niños.

Así, con una educación emocional adecuada se pueden evitar muchos problemas, como la baja tolerancia a la frustración, la dificultad para relacionarse, la falta de empatía y asertividad, etc. Además, podrás prevenir ciertos trastornos afectivos, como la depresión y la ansiedad.

Tips básicos para trabajar las emociones en casa

  • Dale el valor necesario a los problemas de tus hijos, pues aunque no sean problemas de verdad, debes ponerte en su lugar e intentar comprender su punto de vista y sentimientos.
  • No restes importancia a lo que sienten, o les estarás enseñando que sus sentimientos no importan y terminarán guardándoselos para ellos mismos.
  • Poner nombre a lo que sentimos ayuda a integrar mejor lo acontecido. Aunque sea una situación negativa y desagradable, es esencial hablar sobre ello utilizando un lenguaje adecuado a su edad.
  • Cuando nuestro hijo llora o se enfada, quizás lo único que necesita es un abrazo, que le escuchemos con atención y entendamos su postura.

Películas educación emocional

Existen libros para trabajar empatía niños, como por ejemplo El Monstruo de Colores, de Anna Llenas Serra. Del mismo modo, también hay películas educación emocional para ayudarnos a explicarles situaciones complejas, como la muerte, el odio, la pérdida de un ser querido, el abandono, la separación de los progenitores… Estas son algunas de ellas:

  • Del Revés (Pixar, 2015)
  • Arrugas (Ignacio Ferreras, 2011)
  • Un monstruo viene a verme (Juan Antonio Bayona, 2016)
  • Coco (Pixar, 2017)
  • La mecánica del corazón (Mathias Malzieu, Stéphane Berla, 2014)
  • El gigante de hierro (Brad Bird, 1999)
  • El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki, 2002)