La imagen que proyectamos de nosotros mismos suele ser en muchas ocasiones la clave final de las relaciones que mantenemos con otras personas y, precisamente por ello, es importante que cuidemos lo que queremos decir tanto con nuestras palabras como con nuestros gestos.
La frase «nunca hay una segunda oportunidad para causar una buena impresión» puede ser muy descriptiva a la hora de remarcar la importancia que tiene el hecho de dar una buena imagen ante el resto y adopta su máxima expresión si hacemos alusión a las redes sociales y la imagen que éstas proyectan sobre nosotros mismos. Debemos ser conscientes de que este tipo de medios pueden ser muy útiles pero también pueden dar una imagen de nosotros mismos que puede resultar complicada de cambiar.
Esto cobra especial importanci si somos conscientes de que, en los últimos tiempos, las redes sociales no solamente se utilizan para mantener contacto con otras personas sino que también se usan para «indagar» acerca de la vida de los candidatos antes de llevar a cabo la contratación de los mismos.
Las implicaciones que puede tener a este nivel el uso de una fotografía incorrecta o una frase equivocada pueden ser innumerables incluso conllevando que podamos no ser contratados para una empleo por la imagen negativa que proyecten dichas redes sociales de nosotros mismos.
De hecho, tan sólo tenemos que acudir a los medios de comunicación para ser conscientes de como ciertos comentarios inapropiados han hecho que ciertas personas pierdan diversas oportunidades laborales.
Precisamente por todo esto es indispensable que sepamos gestionar correctamente nuestras redes sociales, la imagen que proyectamos y los comentarios que emitimos. Para ello debemos cuidar las fotografías que subimos y tener en cuenta cual va a ser el uso principal de dicha red social para que el contenido esté relacionado con la idea final que queremos que la empresa se lleve de nosotros.