En los últimos años el mercado laboral nos ha hecho experimentar nuevos fenómenos que hasta ahora no habíamos vivido. Los años de crisis nos han hecho llegar a un punto en el cual a veces nos resulta hasta extraño que nos llamen para realizar una entrevista.
Precisamente por ello, cuando nos llaman nos enfrentamos ante un momento complicado en el cual no sabemos muy bien como gestionar nuestras emociones ni los otros procesos que se acontecen en nuestra mente.
A pesar de este primer momento de confusión es importante que tengamos en cuenta una serie de consejos que pueden resultarnos muy útiles a la hora de afrontar ese primer contacto laboral.
- Mostrar nuestro interés y preguntar todo aquello que consideremos necesario: está claro que estamos interesados en encontrar un puesto de nuestra valía pero también queremos saber que es aquello que se nos ofrece, para cuanto tiempo, salario, etc… Hay algunas cuestiones que podemos obviarlas en una primera conversación telefónica aunque ello dependerá un poco del puesto.
Lo realmente importante es que consigamos toda la información necesaria como para saber si nos interesa asistir a la entrevista para conocer un poco más o no. - Ser honestos: en anteriores posts ya hicimos referencia a este hecho pero es importante remarcarlo. Si no queremos asistir a una entrevista porque el puesto no se adecúa con lo que estamos buscando es mejor informar educamente de que no estamos interesados a dar «plantón» al entrevistador.
Debemos tener en cuenta que las personas que están llevando a cabo la selección dedican un tiempo en interesarse por nuestro perfil y dejarles plantados sin dar la más mínima explicación es menospreciar su trabajo.
Realmente puede darse una ocasión en la cual nos surja un problema que nos impida asistir a una entrevista pero lo correcto es avisar al entrevistador para que este informado de ello y, en caso de que sea necesario, pueda cambiar la cita.